jueves, 21 de noviembre de 2013

Violencia en la Facultad

Los hechos que acontecieron el 20 de Noviembre, todos los conocemos por lo que me ahorro el exponerlos. El objetivo de esta entrada en intentar comprender o vislumbrar el motivo último de esa violencia.

Un punto sobre el que muy pocos han caído, y que según mi parecer es vital, es la fecha, 20 de Noviembre. Lo digo porque muchos justifican la agresión como parte de la lucha feroz y radical contra la LOMCE del ministro Wert, o como parte de la oposición al gobierno del PP, pero el motivo real de la violencia se debe a que la fecha es señalada, se cumple el aniversario de la muerte de Franco y del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, por lo que, como es costumbre en la Facultad de Derecho de la UCM se repite la tradicional "cacería" al facha.

Llevo 5 años en la Facultad y año tras año, un grupo de más o menos, 200 personas se acercan hasta la Facultad para gritar consignas comunistas -genocidas- y para increpar e insultar a todo alumno que tenga una estética más o menos conservadora o clásica, y evidentemente saben perfectamente quienes son. Lo saben, porque no nos engañemos, quizá no los mismos que agredieron ayer a los 5 compañeros de FORO, pero sí quienes les señalaron el camino y la dirección, conviven con nosotros en nuestra clase, en la cafetería, en el pasillo. Por tanto, saben quienes somos y nosotros sabemos quienes son, son esas chicas que asisten a clase de cuando en cuando, siempre que su estado etílico se lo permite, con unas pintas más acordes a una manifestación del 15-M que a un aula de una Universidad.

La Complutense lleva décadas tomada por la Izquierda, al igual que todas las Universidades Públicas de España, gracias a las leyes universitarias que elaboraron torticeramente los socialistas. Es una Universidad altamente politizada, con unas castas de profesores endogámicas, con unas asociaciones paniaguadas que viven de la subvención que les dan las cúpulas de poder para poder mantener en el poder en las elecciones de representantes y donde la libertad no existe. Puede parecer una exageración, pero como bien decía uno de los lemas del Gran Hermano de Orwell, "la Libertad es la exclavitud".

Y todo ello, tiene sus consecuencias. La izquierda se viene movilizando cada vez con mayor virulencia, cada vez con más violencia, cada vez con más odio lo cual se pudo ver perfectamente en la anterior huelga educativa del 24-O, cuando, como también es tradición en la complu, asistí a clase como un día normal, pero una enorme masa de Comunistas, véase radicales, intentó impedir mi entrada a la Facultad, cosa que evidentemente no consiguieron pese a escupir, insultar y empujar a todo alumno que osara entrar en clase, algo por otro lado que, es más que un Derecho un Deber. 

La violencia no tiene consecuencias siempre que sea violencia de izquierdas. Lo vimos cuando un grupo de desgraciados / as (como tanto gusta a la progrez decir) entraron en las capillas, cometiendo diferentes delitos flagrantes, o cuando quemaron contenedores en vía pública, o cuando pusieron carteles de apoyo a ETA en la Facultad de Historia y Políticas, o cuando tienen profesores maltratadores dando clase como sucedía en la Facultad de Ciencias Políticas, etcétera.

Pero, ¿Por qué no tiene respuesta? Pues la respuesta parece clara. Padecemos el rectorado de José Carrillo, hijo del comunista y por ende, asesino en masa de Paracuello, por  lo que como es lógico ayer por ejemplo, no se le pudo localizar en su despacho para que diera permiso para la entrada de la Policía, cosa que sí ocurrió hace 15 días cuando un grupo de personas de derechas (no más de 20), entraron en la Facultad de Historia para reivindicar la Unidad Nacional.

Todo esto me trae a la memoria una historieta de hace ya unos años, que es, cuando en la sede del PSOE de Cataluña brindaron con Cava cuando ETA asesinó a unos militares y un socialista (hijo de uno de esos militares) lo vio y supo al instante que, todo lo que le habían contado, todo en lo que había creído, era simplemente, una farsa. Pues siempre, al igual que también le pasaba al PNV con la misma ETA, la Izquierda se ve fortalecida y ayudada por la violencia de los radicales, por los que mueven el árbol para que ellos recojan luego los frutos, como reconoció el propio Arzalluz.